Por Jesús Huerta
Antonio Luengo, alcalde de Villalba del Rey, fue elegido en julio de 2011 presidente de la
Asociación de Municipios Ribereños de Entrepeñas y Buendía, una agrupación de
22 municipios
cercanos al Trasvase Tajo-Segura que tienen la defensa del agua para su zona su principal
caballo de batalla.
¿Hay entendimiento en una asociación formada por ayuntamientos con distintos colores
políticos?
En la asociación estamos alcaldes del PSOE, PP e independientes, pero tratamos
de conseguir
entre todos el objetivo de que se mantenga una línea de agua estable en la cabecera por
el bien del desarrollo de la zona.
¿Cómo afrontan el futuro con la sequía que se ha sufrido este verano?
Se ve la cosa negra no, peor. Nosotros consideramos que debería haber una
mínima debajo de la cual no se debería trasvasar agua, que es mil hectómetros
cúbicos, el 40%
del volumen de los pantanos y estamos ya muy por debajo de esa cantidad.
Estamos en el 23% y eso unido a la sequía que estamos sufriendo nos puede
llevar a que se agote la capacidad de alguno de los pantanos.
Este verano han aparecido noticias en la que se desvelaba que municipios
muy cercanos al trasvase se tienen que abastecer con camiones cisterna.
¿Cómo se explica?
Lo de este verano ha sido lamentable, y todavía hay algunos municipios que se encuentran
en esta situación paradójica. Teniendo aquí al lado el pantano hay pueblos que se tienen
que abastecer en verano con cisternas cuando tenemos todo el agua tan cerca, en cambio
con esta agua se facilita el regadío a Murcia, esto no tiene nombre.
¿Ha tenido usted ocasión de reunirse con el Gobierno Regional para hablar de
la situación de estos municipios?
Con el Gobierno de la señora Cospedal nos reunimos en abril a través del Director
del Agua, pero solamente con él, cuando nosotros pensamos que es la presidenta
la que tiene que se tiene que poner al frente de esta situación de hurto del agua
de Castilla-La Mancha en la cabecera del Tajo. Nosotros le hemos pedido
reunirnos pero ella no ha querido saber nada de nosotros. Yo creo que no
quiere saber nada del agua y está perjudicando gravemente a Castilla-La Mancha,
no sólo a la zona de los municipios ribereños.
Cospedal ha defendido en numerosas ocasiones la elaboración de un nuevo
Plan Hidrológico Nacional y este se encuentra en la agenda del Gobierno
de España. ¿Qué expectativas tienen respecto a ese futuro plan?
El Plan Hidrológico Nacional (PHN) no es un documento que se realice de la noche
a la mañana.
Previamente hay que hacer distintos planes de cuenca. Nosotros tenemos muchísimo
interés en saber cómo va ser el plan de la cuenca del Tajo, porque nos dirá cómo
puede ser este PHN.
Evidentemente nuestra posición la conoce todo el mundo y no viene de ahora, viene de
lejos y fundamentada además en hechos que nos han dado la razón sistemáticamente.
Nosotros pensamos que la cabecera del Tajo está hidrológicamente agotada, que el
trasvase es imposible y que un PHN tiene que plantear una vía diferente de abastecimiento
a los regadíos del Levante, porque el Travase Tajo-Segura es inviable a corto y medio plazo.
El PHN tiene que plantear una solución a este problema porque los regantes levantinos,
evidentemente, querrán regar porque es su vida, pero es que no va a haber agua para
regar, hay que buscar una alternativa, porque si no se encuentra, ni va a haber agua
en la cabecera del Tajo ni en el Levante se va a poder regar. Eso será para
nosotros el agotamiento económico definitivo pero el Levante también puede tener
una crisis económica importante.
"Se buscó que el agua no fuera a los pueblos ribereños porque si desarrollaban su
agricultura no se podría trasvasar"
Además de para el consumo, ¿los municipios ribereños podrían potenciar su
desarrollo económico si dispusieran de ese agua?
Hay una trampa que se hizo y que sería largo de explicar. El trasvase se hizo en la época
de la dictadura e influyó quien influyó en su realización y en las leyes que lo rigen.
Eso significa que de una forma u otra, se trató en sus normas de explotación de que
el agua no fuera a los pueblos ribereños, porque si estos desarrollaban su agricultura
implicaría que el agua no se podría trasvasar. A partir de ese momento lo que se ha
estado intentando es pagar parte del agua en infraestructuras básicas para los
municipios ribereños.
Por ejemplo, ahora se está realizando la red de abastecimiento de estos pueblos.
Yo creo que lo que ocurre es que no interesa que los municipios ribereños se
desarrollen, porque no se podría trasvasar agua definitivamente. Me parece un cinismo
que se esté limitando la capacidad de evolución de nuestros pueblos.
En cambio se está generando en la zona levantina una economía de explotación y les
estamos dando toda el agua que quieren.
Mientras les demos toda el agua que ellos demanden, los pueblos ribereños no se
podrán desarrollar.
Muchas veces se utiliza para hablar de este enfrentamiento entre regiones
por el trasvase se utiliza la expresión ‘guerra del agua’. ¿Existe esta guerra?
Esto es un problema simplemente de evaluación de recursos y de quién tiene prioridad
sobre ellos. La situación es que la cuenca cedente es prioritaria y tiene derecho
primero al agua.
No tiene por qué haber guerra porque hay una ordenación lógica de la situación del agua.
Eso no se está cumpliendo porque este verano nos hemos quedado sin agua
para el abastecimiento, el río Tajo en muchas zonas se puede atravesar a pie,
está muy por debajo del caudal mínimo obligatorio y en cambio, está trasvasando
agua al Levante para el regadío.
No es un problema de guerra, es de cumplimiento de la legalidad y del derecho de
todas las regiones al desarrollo y si tenemos una riqueza que es el agua, esta población
tiene derecho a aprovechar este recurso.
Una de las funciones de los municipios ribereños es conseguir compensaciones
económicas por el agua trasvasada. ¿Qué se está consiguiendo?
Actualmente la situación de las reivindicaciones económicas es lamentable, porque el
trasvase no aporta directamente dinero a los pueblos ribereños, sino a infraestructuras
y por eso no se consigue el desarrollo. Con el agua, igual que se riega la agricultura
en Murcia, se podría regar la agricultura de Castilla-La Mancha y en particular de
los pueblos ribereños.
Se podría desarrollar además una industria agroalimentaria, el turismo… Evidentemente,
sin agua no podremos desarrollar ni turismo ni agricultura.
El aporte en infraestructuras sería necesario para el desarrollo económico, pero este
necesita otras condiciones para que se produzca.
En estos tiempos, algo de dinero en metálico tampoco le vendría mal a estos pueblos…
El problema son las normas de explotación, que marcan que solamente se va a dar dinero
para infraestructuras hidráulicas. Y luego además, como todo el mundo sabe, el ministro
de Medio Ambiente, Arias Cañete, perdonó un 30% del precio del agua a los agricultores murcianos.
Si nos hubiesen dado a los municipios ribereños ese 30% a lo mejor nos hubiese ido mucho mejor.
Pero el tema no es solo que se necesiten infraestructuras, tendríamos que tener concesiones
de agua y con todos los años que se lleva trasvasando, tendría que haber suficiente dinero
y se podían haber subvencionado explotaciones agrícolas de regadío, que hubiera
favorecido la creación de industrias agroalimentarias o industrias medioambientalmente sostenibles.
Tenemos todas las capacidades para desarrollar esa industria, pero ahora se nos
ha despoblado, somos poca gente y eso limita nuestras capacidades reivindicativas,
porque dicen que como somos pocos, para qué queremos desarrollar a esta gente cuando
hay una enorme cantidad de población en el Levante.
Ellos han hecho propaganda con eso, han dicho que son la Puerta de Europa y parte
del desarrollo de este país y simplemente porque han estado viviendo del agua de otra
zona y limitando nuestro desarrollo.
"Nos están marginando, la zona va a caer demográficamente y la pérdida será irrecuperable"
Más allá del agua, ¿con qué otros problemas se encuentran los municipios ribereños?
Es que en el fondo, esta comarca está viviendo alrededor del agua. Se trata de una zona
que tenía una agricultura de secano. Se acumuló gran cantidad de agua embalsada con
los pantanos y eso favorecía el ciclo agrícola y una agricultura de regadío.
Eso no se ha producido y los problemas ahora mismo son de supervivencia.
Encima no estamos encontrando con cuestiones tan graves como que se están cerrando
centros escolares y urgencias nocturnas, eso va a significar la desaparición de muchos pueblos.
Insisto: se está desabasteciendo a esta región para favorecer al Levante.
¿Le espera la despoblación a esta zona?
Aquí ahora mismo tenemos dos servicios básicos que son fundamentales para mantener
la población en la zona. Aquí se necesitan colegios y se están cerrando, como en Buendía
y si los niños no pueden venir a nuestros pueblos los padres les acompañarán fuera.
Si encima nos cierran las urgencias, que también era un servicio imprescindible, las gente
joven con mayor posibilidad de trasladarse se irá a otra ciudad con más servicios como
la capital, aunque la verdad es que la situación en la que se encuentra tiempo es
lamentable, porque no tiene otra opción si quieren ver que su hijo tiene los mismos
derechos de igualdad que cualquier otro muchacho de la provincia.
Nos están dejando marginados, vulnerando nuestros servicios básicos y la zona va a caer
demográficamente y va a ser irrecuperable.
Respecto a la asociación, ¿en qué situación se encuentra? ¿Hay margen económico
para hacer cosas?
La asociación está trabajando con todo el margen de maniobra que puede, en primer
lugar desarrollando todas las infraestructuras de la zona, tenemos un convenio desde
el año 2007
con el Ministerio de Medio Ambiente para desarrollar infraestructuras.
Y en segundo lugar está tratando de trabajar a nivel regional y nacional para hacer entender
que solamente a través del desarrollo económico podrá prosperar la zona.
Eso es muchísimo más complicado y se tiene que trabajar a largo plazo pero que
seguiremos intentando. Hay que potenciar el turismo y la agricultura en esta zona y los
alcaldes de la zona estamos trabajando en ello, desarrollando programas turísticos
y promoviendo el cambio de hábitos agrícolas.
¿En el corto plazo tienen algún proyecto importante en marcha?
La verdad es que ahora estamos en un hoyo profundo. Pensábamos desarrollar una serie
de actividades relacionadas con la ampliación de la oferta turística del mundo rural,
ampliando los campings, las zonas de recreo… Además teníamos el proyecto de llevar a
cabo un proceso de inversión en la mejora de las explotaciones agrícolas.
La primera cuestión está tremendamente parada porque creo que es algo que tiene que
salir de la inversión privada, porque un ayuntamiento no se puede convertir en empresario,
pero esta tiene actualmente muchos problemas para desarrollarse en esta zona.
En cuanto al cambio agrícola, depende también de que el Plan Hidrológico Nacional
recoja nuestras necesidades hídricas.
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