Hoy, como todos los años, se ha celebrado la fiesta de la Tomatina en Buñol (Valencia), ejemplo claro de que este País es diferente, fuera de la alegría que proporciona a los visitantes previo pago de entrada al Ayuntamiento, se estropean, al menos 165.000 kg de tomates, los cuales podrían, digo yo, mitigar en algo, el hambre de tantas familias que lo están pasando mal en este país y no digamos en el África subsahariana.
Por cierto, habéis pensado la cantidad de agua trasvasada desde nuestros embalses, que se habrán necesitado para recoger esta grandiosa cosecha esparramada por las calles de Buñol, como una autentica riada de zumo de tomate desperdiciado, que después, tienen que limpiar a base de agua. Cuanta hipocresía e indecencia.....mientras nuestro pueblos ribereños abasteciéndose con cisternas y el turismo de aquí, trasladado allí, paradojas de la idiosincrasia española... Alucinante!!!!
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